La Legionela es una bacteria muy peligrosa que accede a nuestro organismo por medio de la respiración y que puede producir legionelosis, un grupo de enfermedades que pueden producir graves patologías respiratorias como la neumonía. La legionelosis puede afectar a todo el mundo, pero se cebe principalmente en los más débiles, en los llamados grupos de riesgo como los bebés y los niños de corta edad, los ancianos, las personas con enfermedades cardiacas o respiratorias de carácter crónico, etc.

Esta bacteria vive en entornos húmedos como estanques, lagos y ríos poco profundos, depósitos de agua, aparatos de aire acondicionado, cañerías, duchas, grifos, etc. Este microorganismo se propaga principalmente por el aire y sus efectos en el organismo pueden ser leves o tan graves que pueden significar la muerte de quién tiene la mala suerte de contagiarse.

En primer lugar, para evitar la Legionela, se deben adoptar una serie de medidas de seguridad, higiene y prevención básicas para impedir que la bacteria viva y se reproduzca en nuestras instalaciones (sistemas de refrigeración de aire acondicionado, en la grifería, en los cuartos de baño, etc.).

A continuación, se debe revisar periódicamente (al menos una vez al mes) las partes de nuestras instalaciones que son especialmente atractivas para la bacteria, las zonas a revisar son:

  • El sistema de grifería tanto de la cocina, como de los baño, etc.
  • Los depósitos de agua externos, los filtros que tengamos instalados, las bombas de extracción de agua de riego del exterior de nuestro local, etc.
  • Las fuentes de agua de decoración, los aspersores del césped si lo tienes, los aspersores de los toldos de las terrazas de exterior, etc.

Otra zona a revisar son los aires acondicionados, la legionella vive en ambientes húmedos y calurosos, estando por lo que los aparatos de aire acondicionado es un foco de especial interés. Las acciones a llevar con este electrodoméstico son:

  • Limpiar en profundidad y desinfectar con productos homologados todo el sistema de aire acondicionado si no ha funcionado durante más de cuatro semanas.
  • Revisar y limpiar tanto los aparatos de aire acondicionado como sus depósitos y conductos al menos una vez a la semana.
  • Vaciar los depósitos de agua del aire acondicionado todos los días.
  • Revisar que no existan fugas de agua en los aparatos de aire acondicionado.

Finalmente, como último consejo debes recordar que la información es poder, por tanto cuanto más sepas sobre la bacteria, mejor podrás combatir a esta bacteria.