Desatender el mantenimiento de los aires acondicionados puede acarrear graves consecuencias para las personas, especialmente para aquellas que viven o trabajan en edificios donde el aire acondicionado está en continuo funcionamiento y no se ha realizado algún mantenimiento, donde se arriesgan a posibles infecciones y contagios.

El mal estado del aire acondicionado puede provocar enfermedades como alergias, fiebres, jaquecas, ya que algunos microorganismos se adhieren a los conductos y los sistemas de dispersión favorecen su distribución. Entre estos microorganismos figura la Legionella, causante de un tipo de neumonía grave llamado legionelosis, que se contrae al inhalar gotas de agua que contienen la bacteria y que pueden provenir de estos sistemas, sobre todo de las torres de refrigeración.

Los factores que afectan a la calidad del aire en el interior de los edificios cerrados puede ser de origen físico, químico o biológico, estos últimos siempre y cuando se origine el hábitat adecuado para la proliferación de microorganismos por razones de humedad, oscuridad y temperatura, pueden llegar a favorecer la proliferación de hongos, virus, bacterias y ácaros.

Además, estas condiciones propician también la aparición de una película biológica, la biocapa o biofilm, que está compuesta por microorganismos, materia orgánica, residuos y materia inerte, y que actúa como cuna de diversas bacterias, que favorecen el proceso de corrosión de las tuberías e incluso de los aparatos metálicos.

Tampoco debemos olvidar las labores de limpieza y desinfección de los conductos de aire acondicionado, sino que debemos tenerla muy presente para evitar la acumulación de suciedad. Olvidar estas trabajos conlleva riesgos relacionados con infecciones y contagios por hongos, virus y bacterias como la de la Legionella.