Normalmente cuando usamos un producto como jabón o champú en casa esperamos que produzca mucha espuma y según la cantidad de espuma producida lo asociamos a la calidad del producto. Pero debemos saber que la espuma no es mas que un efecto secundario durante la utilización de detergentes, aunque es el mas visible existen muchos otros.

La espuma puede ayudar a potenciar el proceso de limpieza pero a veces para determinadas circunstancias del proceso de limpieza es necesario evitar la aparición de espuma, como puede ser en determinadas superficies o zonas de una cadena de producción en la industria alimentaria.

La espuma además cuenta varias propiedades como elasticidad, fricción, baja densidad, buena resistencia mecánica y resistencia al calor, que la hacen especialmente eficaz por ejemplo para su uso en la extinción de incendios.

Si nos trasladamos de nuevo a la industria alimentaria y mas concretamente al campo de la detergencia la espuma juega un papel muy importante. Como hemos mencionado antes la espuma debe aparecer en una cantidad opima para asegurar su eficiencia, por ello en la industria alimentaria el mercado ofrece una gran cantidad de detergentes con espumas de comportamientos diferentes, como por ejemplo espumas con cierto poder de retención para garantizar su efecto.

Clasificación de espumas, propiedades y tensioactivos

Las espumas podemos clasificarlas de forma general como secas o líquidas, siendo mas abundantes las espumas secas, ya que la mayoría de espumas liquidas acaban convirtiéndose en espuma seca. Mientras que si nos fijamos en sus propiedades las más importantes son:

  • Sus propiedades mecánicas
  • La permeabilidad de la película que forma
  • La reología (variación de la elasticidad con la fracción gaseosa) y la estructural (los reordenamientos que ocurren durante la transición de espuma liquida a seca)

Desde un punto de vista químico, cabe destacar los mecanismos de estabilización y desestabilización de las espumas y como los tensioactivos interfieren en estos mecanismos.

Sin profundizar en estos aspectos químicos (que no son pocos) es importante conocer que tipo de tensioactivo es utilizado durante la fabricación de un detergente y su comportamiento, en función del uso final que se le vaya a dar a ese detergente.

Podríamos nombrar 3 grandes tipos de tensioactivos utilizados en la fabricación de detergentes de forma mas generalizada:

  • Tensioactivos aniónicos, que generan un mayor volumen de espuma.
  • Tensioactivos no iónicos, afectados por la influencia del punto de turbidez (cloud piont) para determinar su capacidad espumante
  • Tensioactivos catiónicos que generan espumas mas pobres o moderadas en comparación al resto, pero tienen propiedades biocidas. Siendo este el mas usado en la fabricación de desinfectantes.

En la realidad de la industria alimentaria, para la limpieza de superficies abiertas suelen emplearse detergentes espumantes, ya que estos cuentan con una mejor capacidad de penetración en los residuos que se necesitan eliminar. La espuma hace que el detergente este más tiempo en contacto con el residuo y lo elimina de forma mas sencilla.

En otros casos donde la espuma puede suponer un problema como por ejemplo las máquinas automáticas lavadoras, es necesario el uso de un detergente formulado con tensioactivos no espumantes o añadir aditivos que minimicen la generación de espuma generada durante el proceso de limpieza.

Por todo esto, debemos conocer bien que detergentes usamos y sus propiedades a la hora de realizar un correcto proceso de limpieza en la industria alimentaria u otras industrias, para conseguir un efecto optimo de desinfección, reducir gastos y  reducir el tiempo empleado, además de evitar un uso indebido de químicos sobre superficies tan delicadas como las usadas para la manipulación y procesado de alimentos.